Azucena Quiñónez de Cocco Perito

Itapúa

Azucena Cocco Perito nació en 1932. Multifacética, ha sido docente, política, artesana y chef; una profesional de las artes de la cocina, educadora de varias generaciones de mujeres encarnacenas. También fue profesora de música y labores. Es afectuosamente conocida como “doña Coco”.

A los 16 años se afilió al Partido Liberal. Como líder estudiantil organizaba charlas con el sacerdote Ramón Talavera Goiburú, que había optado por defender a las personas en situación de pobreza y protestar contra los atropellos a los Derechos Humanos durante la dictadura. Usaban las pilastras del Panteón de los Héroes o una Iglesia para oírlo hablar, y al salir cantaban el himno nacional hasta que llegaba la Policía y les dispersaba. Por esas charlas sufrieron asedio permanentemente, y el Padre Talavera fue reprimido y expulsado del país en 1958 asilándose primero en Argentina y posteriormente en el Uruguay.

Al finalizar sus estudios de maestra, doña Azucena fue a trabajar a una escuela de Luque llamada “Escuela Mandió” por lo pobre que era, una escuelita que carecía de las condiciones mínimas para enseñar. También ejerció la docencia en San Lorenzo, en un proyecto experimental para la Reforma Educativa en 1956.

En 1958 se casó con Julián Cocco Perito de Encarnación, también militante del Partido Liberal, quien fue reprimido y encarcelado por seis meses a finales de los años ´60. Él le prohibió activar en política porque “no es cosa de mujeres”, pero ella no concordó y siguió participando en reuniones y actividades partidarias. Por su formación docente, ocupaba el cargo de secretaria del Comité Partidario y representaba al partido en varios eventos. Doña Azucena generó su propio emprendimiento económico, porque no logró ejercer la docencia en Encarnación por ser militante del Partido Liberal.

Doña Coco señala: “como partido no teníamos una buena organización ni infraestructura; la dictadura nos fustigaba”. En 1975 su esposo se candidató a Diputado y perdió, ella se candidató para concejala y resultó electa para el periodo 1975-1980, a pesar de que decían que las “mujeres siempre quieren armar lío”. Eran solo tres concejales de su partido, por lo tanto, siempre estaban en minoría.

Por su activa militancia en el partido liberal, tenía amistad y permanente comunicación con doña Carmen de Lara Castro. “Conversábamos a menudo, nos daba orientaciones a donde teníamos que ir a manifestarnos, seguía muy de cerca su lucha por los derechos humanos de las mujeres y de la asociación cultural de amparo a la mujer”. Asimismo, doña Azucena siguió todo el proceso que se generó en los años 90 a favor de los derechos humanos y en especial de las mujeres.

Doña Coco señala que, a pesar de los avances, falta fortalecer los derechos de las mujeres, las cuales están muy indefensas. Expresa que es necesario frenar la violencia contra ellas y dar castigo ejemplar a los abusadores de niñas, y terminar con las “chicanas” a jueces y responsables de la justicia. Cuestiona la mediocridad de la educación, pues “la universidad larga profesores sin formación y licenciados silenciados”. Señala que falta cultivar el conocimiento a profundidad para contar con elementos críticos.

En su casa posee un capital cultural, una biblioteca con ejemplares de literatura e historia. A sus 88 años dedica gran parte de su tiempo a la lectura y escritura de poemas en francés y español.

Redacción: Isolina Centeno

Fuente:

Entrevista a Doña Azucena Coco Perito

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