Celsa Speratti

Central

Celsa nació en la ciudad de Luque, departamento de Central, en 1868. Fue una reconocida educadora y una de las fundadoras de la Escuela Normal de Maestras de Paraguay. Celsa inició su educación en Argentina, país donde migraron con su hermana Adela y su madre Dolores Speratti tras la situación devastadora que se vivía en Paraguay a causa de la Guerra de la Triple Alianza.

Celsa inició su formación profesional en 1883, cuando fue favorecida por una beca de la provincia de Entre Ríos estipulada en 16 pesos, e ingresó a la célebre Institución Normalista de Concepción, Uruguay. Siguiendo los pasos de su hermana se graduó con honores y en 1888 comenzó su labor como docente. En 1890 regresó a Paraguay con su hermana Adela, tras haber sido convocadas por el entonces Superintendente de la Instrucción Pública, maestro Anastasio Riera para contribuir al “proceso de reconstrucción nacional”. En febrero de ese año, ambas fueron contratadas por resolución del Consejo Superior de Educación para trabajar en la Escuela Graduada de Niñas (más adelante Escuela de Preceptoras).

En la Escuela contaron con el apoyo de dos pedagogos, Rosa Peña, antigua discípula paraguaya de Sarmiento, y Anastasio Riera, reconocido educador. En 1896, se fundó la Escuela Normal de Maestras, donde Celsa asumió como vicedirectora.

Celsa y Adela no solo se involucraron en el ámbito educativo, también aportaron en el área cultural, social y político. En 1902, Celsa lideró la conformación de comisiones de mujeres en contra de que Francisco Solano López sea declarado héroe, pues las mujeres estaban de acuerdo en que ellas habían sido las reconstructoras de un país en ruinas. Y junto a su hermana también colaboraba con escritos en una revista pedagógica publicada en Concepción del Uruguay. Disertaban en los centros culturales y escribían para periódicos locales, organizaron conferencias pedagógicas para promover el mejoramiento de los conocimientos profesionales de los preceptores de la enseñanza primaria, y colaboraron en actividades sociales de la primera dama, además de comisiones y sociedades de beneficencia.

En 1903, Celsa fue designada Directora de la Escuela Normal de Maestras por el Presidente Juan. E. Escurra, tras el fallecimiento de su hermana Adela. En 1907 contrajo nupcias con el Doctor Pablo Garcete. Tras su matrimonio, dio un paso al costado en el ámbito educativo, pero no abandonó su preocupación y su lucha por la educación de las mujeres. Falleció el 18 de abril de 1938 en Asunción.

El Paraguay de los 1900 acaba de salir de la Guerra de la Triple Alianza (1865-1870) con el 80% de la población devastada, quedando una mayoría de niñas, niños y mujeres. En esta realidad, las mujeres paraguayas cumplirían un papel fundamental primeramente en la instrucción de las niñas, y luego en la formación de un magisterio necesario para la reconstrucción del país. En este contexto, se fundó en 1896 la Escuela Normal de Maestras, donde Adela asumió como directora.

La Escuela Normal fue un paso crucial a la educación superior de las mujeres: de aquí saldrían figuras como Serafina Dávalos, Isabel Llamosas, María Felicidad González, Élida Ugarriza, entre otras. Las normalistas desempeñarían papeles relevantes en la organización de las mujeres y en la reivindicación de sus derechos.

La historiadora Ana Barreto, en su libro Voces de Mujeres en la Historia del Paraguay, expone que las mujeres educadoras también lucharon por sus derechos, una prueba de que el magisterio había despertado la conciencia organizativa y de reivindicación. En 1898, las hermanas Speratti lideraron una movilización ante la decisión del Superintendente de Instrucción Publica Enrique Solano López de suprimir cuatro escuelas primarias para dar lugar a dos escuelas graduadas. Ante esta medida, las hermanas Speratti renunciaron, motivando a otras maestras y estudiantes a movilizarse y a defender sus derechos.

La crónica del diario La Democracia del 16 de abril de 1898 señala que: “Esta mañana a iniciativa de varias distinguidas damas de nuestra sociedad, se reunieron en la plaza Independencia casi todas las alumnas de la Escuela Graduada. El objeto de la reunión era presentarse ante el presidente de la República para pedirle no se aceptara la renuncia que de sus cargos habían hecho las señoritas Adela y Celsa Speratti, directora y vicedirectora del establecimiento. A más de las alumnas de dicha escuela, reuniéronse en la plaza muchas señoritas de la alta sociedad asuncena, exdiscípulas de las renunciantes y gran número de señoras, dirigiéndose todas a las 8.00 al Palacio, donde fueron recibidas por el general Egusquiza en el gran salón presidencial. El presidente prometió a las familias y niñas que todo se arreglaría de modo que las señoritas Speratti continuaran en sus puestos. Concluida la presentación, las manifestantes, permítasenos llamarlas así, volvieron a la plaza Independencia de donde fueron hasta la Escuela Graduada.”

A pesar de las limitaciones, el magisterio aportó un sistema de valores y normas que significó oportunidades para ciertas mujeres, al mismo tiempo, un espacio de solidaridad entre mujeres, educadoras y educandas. Sin dudas, el aporte de Adela fue trascendental en la construcción de sus bases.

Adela falleció el 8 de noviembre de 1902, a la edad de 37 años.

Redacción: Lizandra Rolón

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