Las mujeres de las Ligas Agrarias
En 1960, inició en el departamento de Misiones una de las experiencias educativas, de organización y de resistencia campesina más importantes del país: las Ligas Agrarias Cristianas (LAC), la cual ha sido la organización social de inspiración cristiana más activa durante los sangrientos tiempos de la dictadura stronista.
Las Ligas Agrarias Cristianas surgieron como una respuesta organizada ante el avance terrateniente y empresarial avalado por el gobierno dictatorial sobre las comunidades campesinas. La base de las mismas fueron tanto mujeres como hombres, pequeños propietarios o poseedores, o campesinos sin tierra. El rol de la Iglesia Católica fue preponderante en este proceso, porque acompañó y amparó su desarrollo y construcción.
Una de las experiencias más enriquecedoras de las Ligas Agrarias han sido las escuelitas campesinas, consideradas como los espacios de formación y de organización más importantes de las LAC. Otras expresiones han sido el desarrollo de emprendimientos económicos comunitarios, el jopói[1] materializado en la minga[2], en los almacenes de consumo y en las chacras comunitarias, como el primer paso hacia la “comunitarización de los bienes”.
El papel de las mujeres en la conformación y sostenimiento de las Ligas Agrarias era tan importante como el de los varones. Su rol se veía reflejado por sobre todo en la educación a través de las escuelitas campesinas y en la militancia. Según un informe de la Comisión de Verdad y Justicia (CVJ), las Ligas Agrarias fue la organización que más mujeres agrupó, con el 18,51% de representación, sobre todo en departamentos de Misiones, Caaguazú y Paraguarí.
En la conocida “Pascua Dolorosa” de 1976, la represión stronista a las Ligas Agrarias Cristianas alcanzó a las mujeres campesinas con toda su fuerza: fueron presas, torturadas, violadas y asesinadas, y algunas de ellas tuvieron que vivir situaciones de extrema crueldad como fue el caso de Ascensión López, cuyos cuatro hijos fueron desaparecidos.
En Misiones, 89 mujeres y 219 hombres fueron víctimas de represión. La dictadura fue más cruel con las mujeres porque además de recibir torturas como las aplicadas a los hombres, pasaron por violaciones sistemáticas.
Recuerda Santiago Rolón que su hermanita de 12 años fue violada, y Vicenta Zulema López de Funes recuerda que estaba embarazada cuando fue presa. En Investigaciones sufrió todo tipo de torturas junto a otras mujeres, y la violación sexual por parte de policías fue una más de las tantas torturas que recibió. Otras mujeres como Felipa Adolfina Melgarejo, Martina Centurión de Rolón y las esposas de los hermanos López, luego de ser violadas, eran arrojadas totalmente desnudas a la pileta.
Datos generales demuestran que hay poca diferencia entre la proporción de torturados por la dictadura stronista, el 95% hombres y el 85% mujeres, sin embargo, las violaciones a los derechos humanos de las mujeres se sobredeterminaron por las relaciones de poder y humillación, haciendo de sus cuerpos objetos de consumo “aptos” para la violencia y violación sexual.
Venancia Estela Ramírez, de San Ignacio, testimonia que le golpearon tan fuerte y en reiteradas ocasiones con una cadena de hierro, que se desprendió parte de la carne de su vientre, de sus piernas y de sus pies: “me golpearon, me pusieron boca arriba en el suelo y así ponía mi mano (muestra la víctima) y después así y cuidaba mi barriga porque no quería que me golpearon por ahí, y me parece que me pegaron por ahí con algo parecido a la cadena, porque mi piel salió completamente luego esa parte, y puse mi mano sobre mi panza y me pegó con lo que me pegó, me picó y entró en mi carne… y por eso yo hice así (muestra la víctima) y pensé que alguien iba a subir encima de mí, pero no fue así, solo iba a dar vuelta, y ahí yo le hice así con mi pierna, porque creía yo que iba a subir encima mío, y cuando eso me pegó, con algo parecido a un cuchillo, porque este dedo del pie (muestra la víctima), éste cayó completamente y sangraba formalmente, entonces éste le dice a un soldado: “venga a llevar, esta es una mujer maleva y estos son las actividades de los subversivos y vienen aquí a enfrentarse conmigo y por eso le sucede esto.”[3]
Las sobrevivientes a las violentas represiones buscaron justicia por sus padres, por sus hermanos y esposos muertos o desaparecidos, quedando solas al cuidado de los hijos, de la casa y de la chacra.
Mujeres y varones de las Ligas Agrarias Campesinas dejan un precedente de lucha, de organización y de formación tan ricas como legado a la memoria histórica del país, pero que han sido avasalladas violentamente por la dictadura más larga de América Latina (1954-1989), la de Alfredo Stroessner.
[1] Se realizaban trueques con sus productos y cada familia tenía un poquito de todo.
[2] Grupos de trabajo comunitario en las chacras de cada familia, acelerando y aumentando la producción
[3] Las violaciones de derechos de algunos grupos de vulnerabilidad y riesgo. Comisión de Verdad y Justicia, Paraguay.
Redacción: Lizandra Rolón
Fuentes:
- Informativo Campesino. La represión de las Ligas Agrarias Campesinas de Misiones. Memorias, testimonios y comentarios.
- La Pascua dolorosa de 1976.
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