Magui Balbuena

Caaguazú

Maguiorina Balbuena, más conocida como “Magui”, nació en Eusebio Ayala en el año 1950. Es una de las fundadoras de la emblemática Coordinadora Nacional de Organizaciones de Mujeres Trabajadoras Rurales e Indígenas (Conamuri) y representó, a lo largo de toda su vida, un símbolo y un ejemplo de lucha por los derechos del pueblo campesino.

Factores como el aumento de la economía agro-exportadora con la consecuente hegemonía de los cultivos de soja, el uso indiscriminado de agrotóxicos y semillas transgénicas, la posesión de tierras en manos de unos pocos, la expulsión de los campesinos y campesinas de sus propias tierras y la exposición a residuos y venenos a los que son sometidas sus fuentes alimentarias, han provocado que el pueblo campesino se organice y se manifieste en contra de la violación de sus derechos, reclamando justicia y exigiendo políticas públicas. Magui ha descrito este modelo como un “modelo genocida aprobado por el propio Estado”.

Inquieta por las injusticias desde su juventud, ha formado parte de esta movilización colectiva desde 1971, cuando comenzó a militar dentro de la Juventud Agraria Católica del departamento de Misiones, a sus 21 años. Por su militancia, fue apresada en 1971 y sometida a amenazas de tortura para que se declarara comunista. La violencia de la dictadura, con sus políticas represivas y persecutorias, la obligaron a exiliarse en Brasil, desde donde continuó activando a través de la Central Única de Trabajadores brasileña y la Confederación de Trabajadores Agrícolas. Regresó a Paraguay en 1977 y se asentó en Caaguazú.

El 25 de diciembre de 1980 fundó, en el patio de su propia casa y en conjunto con otros compañeros y compañeras, el Movimiento Campesino Paraguayo (MCP). En 1985 participó de la creación de la Coordinadora de Organizaciones Campesinas del Cono Sur, que antecede a la Coordinación Latinoamericana de Organizaciones Campesinas (CLOC) en 1994 que, a su vez, fue la base para el surgimiento y consolidación de La Vía Campesina en América Latina. En 1985 también impulsó la Coordinación de Mujeres Campesinas del Paraguay (CMC), que posteriormente dio origen a la Coordinadora Nacional de Mujeres Trabajadoras Rurales e Indígenas (Conamuri), en 1999. Actualmente forma parte de la Asociación de Mujeres Campesinas y Populares de Caaguazú (AMUCAP), la cual reúne a aproximadamente 100 mujeres de 6 comités de productoras y que busca el empoderamiento de las mujeres campesinas e indígenas.

En el año 2005 fue reconocida entre las “Mil mujeres por la paz”, un premio ideado por la ONG suiza “Mil Mujeres y un Premio Nobel por la Paz”, compartiendo esa distinción con otras grandes referentes, como la activista política Gladys Marín de Chile y la lideresa feminista Domitila Chungara de Bolivia. En el 2012, Magui formó parte de un hecho histórico para el Paraguay: junto con Lilian Soto, reconocida referente política y feminista, formó parte de la primera chapa presidencial compuesta por dos mujeres: Lilian como presidenta, y Magui como vice presidenta, representando al movimiento Kuña Pyrenda para las elecciones generales del 2013. En su rol de candidata fue además víctima de persecución política, cuando fue citada a una declaración indagatoria por haber participado de las manifestaciones en contra del juicio político al presidente Fernando Lugo en el 2012.

Desde estas últimas organizaciones ha enfrentado, y lo sigue haciendo, las problemáticas de las mujeres y de los niños, que sufren modos específicos de sometimiento y explotación. Lucha, nos dice, contra “dos dictaduras”, la del capitalismo y la de la sociedad patriarcal, que dejan a las mujeres campesinas sin voz, debilitadas y enfermas, como meros objetos reproductores de hijos.

En todas las organizaciones y movilizaciones de las que formó parte, Magui luchó por las problemáticas sociales que afectan principalmente a mujeres, niños y niñas. Como ella mismo lo ha expresado, lucha “contra dos dictaduras: la del capitalismo y la de la sociedad patriarcal, que dejan a las mujeres campesinas sin voz, debilitadas y enfermas, como meros objetos reproductores de hijos”. Magui aspira además a ser una educadora, transmitiendo sus experiencias a las nuevas generaciones, contribuyendo a la formación de una conciencia crítica comprometida con la dignidad y la memoria histórica del pueblo campesino, revalorizando la importancia de la agricultura familiar, la soberanía alimentaria y el cuidado de la naturaleza.

Redacción: Julieta Gamarra

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