Apolonia Rodríguez, una mujer de convicciones
En todos los distritos de Paraguay donde trabajamos nos hemos encontrado con referentes emblemáticas, mujeres luchadoras por los derechos y la justicia social, aquellas que marcan la historia de sus municipios desde el espacio que ocupan en la comunidad. Y en el distrito de Ayolas, departamento de Misiones, sin duda una de las grandes referentes es Apolonia Rodríguez, concejala municipal.
Apolonia nació un 10 de abril de 1968 en el distrito de San Patricio, en una zona rural distante a cinco kilómetros del pueblo. Tuvo que trabajar desde muy pequeña. Era un momento difícil en Misiones, con el auge de la represión a las ligas agrarias. Había numerosas organizaciones campesinas, que practicaban la agricultura familiar, construían sus casas, acompañadas por el obispo Ramón Bogarín. Apolonia relata que aquel sistema de organización fue una inspiración para ella: “veía cómo organizaba a la gente, hombres, mujeres, jóvenes, para lograr cosas en comunidad, y quise hacer lo mismo”. De su infancia recuerda con afecto las épocas de cosecha, las tardes en el tajamar, trepar a los árboles para conseguir frutas. Ella quería ir al colegio, pero sólo había clases de noche, “y me decían, ¿cómo una niña va a ir de noche al colegio?”, rememora Apolonia, poniendo de relieve los impedimentos con los que se encontraba por ser mujer.
Se casó a los 18 años y se mudó a Ayolas, donde reside actualmente con Ángel, su marido. “Fue todo muy rápido”, recuerda con una sonrisa. “Nuestra canción es De repente el amor, de Roberto Carlos”. Tuvieron tres hijos: Analía, Fabián y María de los Ángeles, quien falleció a los tres años de edad.
Su marido formaba parte de varias comisiones vecinales, de la capilla, del fútbol, y ella se encargaba de lo que tenía que ver con sus hijos. Un día Apolonia se rebeló: “yo le dije a mi marido ‘de hoy en más, vos también te vas a ir a las reuniones de la escuela, de primera comunión’, porque todo era mi responsabilidad. Y me parecía importante compartirla.”
Los primeros pasos
Apolonia se interesó tempranamente en la política comunitaria. Se reunía con sus vecinos, buscaban soluciones a las problemáticas cotidianas, presentaban propuestas. “Formamos 15 organizaciones de mujeres”, recuerda Apolonia, en una demostración de que su interés por los derechos de las mujeres siempre fue protagonista en su vida. Con el correr de los años, el grupo comenzó a ser más fuerte, sin embargo no tenían poder para poder lograr las transformaciones. El trabajo no era fácil. “¿De qué sirve organizarnos si vamos a quedar por el camino, si no vamos a estar adentro de la junta o la intendencia, si no vamos a poder controlar que se hagan bien las cosas? Así decidimos que teníamos que construir todos juntos el poder”, narra Apolonia sobre aquel momento.
“Muchos me quisieron atajar, me decían que me aleje de la política. Pero yo tenía muy buena relación con la gente.” Así fue presentándose una sucesión de circunstancias que la llevaron a idear una estrategia. Para lanzarse a la arena política, armó una dupla con otra candidata mujer. “Nuestros adversarios políticos nos criticaban, que por qué nos metíamos en eso; nosotras hacíamos recorridas en moto y a pie, repartiendo nuestro panfleto; ocupábamos las emisoras radiales; para nuestro lanzamiento hicimos una gran pancarta. Nadie confiaba en nosotras. Y no éramos las únicas: otras tres mujeres estaban candidateadas por otros partidos, mujeres con mucha formación”. Esto ocurrió en el año 2010. “No sabía aún en qué me metía, pero el trabajo me apasionaba” afirma Apolonia, “fue toda una aventura”.
Ella resultó victoriosa y así comenzó su trayecto como concejala en la Junta Municipal. “Me veían llegar a la sesión y me miraban como diciendo, ¿qué estás haciendo acá? ¿quién te va a defender? Cuando conformamos la mesa directiva de la Junta, me pusieron en áreas sociales que eran las que menos recursos tenían. Decían que ahí no había nada que hacer. Pero era lo que yo sabía hacer”. Ella entró para trabajar, y luego se ofreció a conformar la Comisión permanente. Poco tiempo después, un turista se ahogó en la playa municipal y la responsabilidad recayó sobre el intendente. Entonces, Apolonia acompañó la crisis y de aquella manera fue ganándose la confianza de sus pares y del propio intendente, quien pertenecía a otra línea política. En el 2011 llegó el Bicentenario, y fue convocada de la comisión encargada de gestionar los eventos relacionados a la fecha. Ese mismo año organizaron un expo feria municipal, y el intendente le encargó la coordinación. A la par, comenzó a preparar proyectos para presentar en la Junta. Su cercanía con la gente le permitió conocer y entender los problemas, las necesidades, y priorizarlos adecuadamente. “Yo quería representar a la gente más vulnerable. Uno de mis primeros proyectos contempló la seguridad alimentaria y la horticultura familiar. Instalamos una feria de venta de productos que con el tiempo comenzó a gestionarse por su cuenta, y también firmamos un convenio de capacitación con la universidad”.
Una vida de lucha
Apolonia también enfrentó la persecución política. Al manifestar irregularidades administrativas, le cortaron un proyecto. Era un contexto en el que conseguir aliados era difícil, tanto dentro del campo político como en el civil. “Para el 2015 volvimos a prepararnos y presentamos una candidatura completa como Tekojoja, me lancé para concejala como cabeza de lista. Fui la única mujer de la Junta”. Relata que aquella circunstancia también fue difícil de afrontar. “El primer año negocié, pero el segundo año ya no: exigí formar parte de las comisiones donde realmente se corta la torta y también fui vice presidenta de la Junta”.
A lo largo de su carrera política, los logros de Apolonia se cuentan por docenas. Trabajó con la Dirección de Extensión Agraria y acercó numerosos proyectos productivos a la comunidad. Organizó a varios grupos de mujeres artesanas y pequeños productores. Solicitó la apertura de la Secretaría de Turismo y la Secretaría de la Mujer, la cual pudo ver realizada recientemente. Además del convenio con la universidad, concretó uno con la EBY. Se reunió con autoridades importantes, incluso la Ministra de la Mujer. Organizó charlas y talleres para las mujeres y recibió reconocimientos institucionales por su incansable trabajo.
Integra hasta hoy la Red de Mujeres del Sur, la cual se halla enmarcada en un proyecto de Kuña Róga. Sobre este espacio, destaca la formación: “lo que aprendí a través de la Red me hizo dimensionar que lo que yo estaba haciendo tenía sentido. Me sentí respaldada”. Apolonia participó activamente de las capacitaciones y talleres, de los encuentros y reuniones, de los debates y las plenarias. “Con la capacitación del presupuesto con enfoque de género, por ejemplo, entendí que yo ya estaba aplicando eso. Gracias al taller le di un marco teórico a mi trabajo”. Otro gran logro que destaca Apolonia gracias a su vínculo con la Red, fueron los proyectos productivos.
Actualmente, Apolonia atraviesa un momento delicado de salud. Esto la obligó a apartarse de sus funciones como concejala y concentrarse en su recuperación. “El mejor regalo que pude recibir por mi trabajo como concejala fue el reconocimiento de la gente, el apoyo de mis compañeras, que se preocupan por mí”. Apolonia hace planes para el futuro: implementar una escuela de ciudadanía que se enfoque en el cuidado del medioambiente local, en el sentido de pertenencia de la comunidad. Sobre el 2020 y la participación política de las mujeres, Apolonia reflexiona “hay municipios que son más abiertos a la participación de las mujeres y otros que no. Tenemos que seguir preparándonos, y que las mujeres tomen conciencia de que la política es su lugar también, o vamos a seguir como secretarias y operadoras políticas. Quiero que mi lucha sirva como ejemplo para no tener miedo, buscar alianzas, idear estrategias”. También destacó la importancia de la ley de paridad.
“Siempre trabajé por mis convenciones. Despertar a los dormidos y organizar a los despiertos, ese es mi lema”, concluyó Apolonia con una sonrisa. Su lucha es una inspiración para cientos de mujeres, y el camino que abrió con su trabajo continúa siendo transitado y ampliado por compañeras decididas a transformar la realidad.