Ramona Ferreira

Nacional

Es probable que Ramona haya sido una hija de la postguerra, naciendo entre 1875 y 1880. Primera periodista, libre pensadora y feminista, fue directora de la Voz del Siglo, diario que ella misma fundó en 1902.

Formada como Maestra Normal, se desempeñó como docente pero muy pronto, seducida por la fuerza que tenían las palabras escritas, empezó una carrera de periodista. Algo tácitamente prohibido para las mujeres “decentes” y solteras en esa época. El periódico el “El Porvenir” la destacó como una de sus colaboradoras entre 1901 y 1902.

Ferreira fue pionera en Paraguay junto a otras mujeres que en el mundo dirigieron importantes medios periodísticos destinados a un público femenino, que en su mayoría abogaban por la obtención de sus derechos civiles y políticos. Estos temas estaban prohibidos en las sociedades de los países latinoamericanos donde la moral y las costumbres estaban regidas por conceptos religiosos muy severos[1].

Ramona le dio a la “Voz del Siglo” la característica de ser un periódico anticlerical, cuestionaba las costumbres y tradiciones conservadoras por la influencia del clero en la sociedad paraguaya en particular en contra de las mujeres. Ella decía: “Nos echamos de cuerpo entero en la penosa jornada periodística, librepensadores destinados a combatir por los altos y nobles ideales que la razón y la verdad en consorcio dictan”.

Ramona tenía una gran capacidad de expresarse de forma oral y escrita, y sus editoriales contenían un acervo crítico a la Iglesia Católica: como muchos varones intelectuales, ella –siendo mujer- se posicionó en un debate público entre el laicismo y la influencia religiosa en el Estado, aspecto aún demandado hasta hoy. Su pensamiento quedó escrito al decir: La mujer, esclava de los esclavos, yace en perpetua degradación por causa de esos deófagos que en uno de sus concilios nos calificaron de animales sin almas[2].

Quizás por su condición de mujer y de una vulnerabilidad más expuesta, a causa de sus ideas, grupos católicos no escatimaron acciones para asaltar, sabotear (en varias oportunidades) y destruir definitivamente su imprenta en 1904, además de señalarla y humillarla en otros medios escritos y públicamente desde el púlpito. Por su posición frontal contra el intento de intervención de la Iglesia en asuntos de Estado, Ferreira no consiguió movilizar fuerzas adherentes de otras mujeres de su época.

Es, sin embargo interesante observar que algunos intelectuales paraguayos también fueron férreos críticos anti clericalistas, y aunque contra ellos también iban dirigidos desprecios, burlas y sarcasmos por parte de la Iglesia Católica, no se llegó a la violencia física directa ni a la expulsión de espacios públicos.

El contexto de una sociedad muy conservadora debió ser decisivo para que, en 1905, Ramona Ferreira decida buscar nuevos escenarios en la ciudad de Buenos Aires.

Redacción: Isolina Centeno

Revisión y edición: Ana Barreto Valinotti

Fuentes:

Alquimistas, documentos para otra historia de las mujeres. CDE, Asunción, 1993

Video. Op cit: Alquimistas. Otra historia del Paraguay

[1] Puede informarse más sobre el Código Canónico de la información regido por la Iglesia, contra la libertad. Alquimistas, documentos para otra historia de las mujeres. Óp. cit. pág. 419

[2] Video. Op cit: Alquimistas. Otra historia del Paraguay

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