Rosa Brítez
Central
Rosa Brítez nació el 9 de abril de 1941 en la ciudad de Itá, Paraguay. Hija de madre soltera, quedó huérfana a la edad de 6 años y al cuidado de su tía Simeona Cáceres viuda de Farías quien la introdujo al mundo de la alfarería como muchas, cientos de mujeres de la ciudad de Itá.
Como muchas niñas de zonas rurales, Rosa no pudo avanzar en la escuela más allá del tercer grado, en parte por la urgente necesidad del aporte monetario al hogar. A los 9 años empezó a modelar barro, convirtiendo con sus manos la tierra roja y negra con ayuda de palitos de tacuaras, hojas de naranjas y una cuchara, vasijas, platos, cántaros y piezas para el pesebre, infaltables en todo hogar paraguayo.
A fines de los años 70, la conformación del Museo del Barro posibilitó en muchas ceramistas populares la posibilidad de expandir su quehacer más allá de lo artesanal dándole empuje a una creatividad artística. Rosa fue una de ellas. En las salas del recientemente inaugurado museo empezó a exponer colectiva e individualmente.
A fines de los años 80, viajó a Estados Unidos invitada por la Asociación Comité Paraguay- Kansas a una gira de exhibición a varias universidades; en la misma fue presentada y reconocida como “la ceramista de América”.
Esa estancia le permitió a Rosa desarrollar en años posteriores, una serie de figuritas por la que se volvería muy conocida y que coincide en parte con una época de libertad en el Paraguay tras la caída del gobierno del Gral. Stroessner: la pareja de enamorados –“los broseritos” (los groseritos)- en todas las posiciones amatorias dignas de un recorrido del Kama-sutra. Para ello contó no sólo con el apoyo de la artista Lotte Schultz quien la ayudó a diseñar las posiciones sino el viaje a Corea que la introdujo a nuevas investigaciones sobre las artes del amor oriental.
Su trabajo fue exhibido en distintas exposiciones: la de Sevilla con motivo de los 500 años del Descubrimiento de América en 1992; Alemania, 1994; Corea, 2001; Chile y Uruguay, 2003; México, 2004 y Francia, 2006.
Fue reconocida en el Paraguay con la Orden Nacional al Mérito “Comuneros” del Congreso en el 2014.
«Hay algo superior que me dicta lo que quiero hacer. Como andaba mal el negocio de la venta de los cántaros, una mañana, muy temprano, me puse a mirar un hermoso día en que el sol estaba saliendo. Sus primeros rayos me emocionaron. Me senté enseguida y a mi cántaro le puse esos rayos. Nació el Sol. Enseguida fue un éxito. Y me puse a pensar, y le dije una mañana: pobre Sol, no está bien que estés tan solo, y como dice la Biblia te voy a dar una pareja, y le regalé la Luna.”
Rosa Brítez
Rosa falleció en la ciudad de Itauguá un 20 de diciembre del 2017 dejando una familia conformada junto a su esposo de trece hijos, veintiséis nietos y bisnietos.
Redacción: Ana Barreto y Marcia González
Fuentes:
Julián Sorel (Montserrat Álvarez), “Rosa Brítez y la materia de la vida”, en el suplemento cultural del diario ABC Color. 24 de diciembre de 2017.
Olga Caballero Aquino y María Gloria Giménez Guanes, “Madres en el amor y en la guerra. Testimonio de mujeres paraguayas 1930-2004”. Servilibro. Asunción. 2006.
Este retrato fue realizado en el marco del proyecto «Kuña Mandu’a», llevado adelante conjuntamente por CAF – Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe, Kuña Róga y el Ministerio de la Mujer, con el apoyo de la Oficina de la Primera Dama.
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