La historia oficial, las de los libros, la de la escuela, con frecuencia ha ocultado la «otra historia» y ha ignorado todos los esfuerzos por la libertad, por la justicia, por la igualdad, por los derechos, por la educación. Ha sido el empuje de los movimientos sociales y las rebeldías de los movimientos feministas los que han ido rescatando esta historia, visibilizándola e incorporándola poco a poco en el imaginario colectivo.

Estos murales se inscriben en ese proceso de reivindicación, que así como en las calles de la ciudad, se empieza a nombrar a las mujeres.

El mural es una herramienta para la narración visual, que pretende homenajear la lucha y el trabajo constante e imprescindible de estas mujeres que marcaron y marcan la vida política, social y cultural tanto local como nacionalmente.

Es nuestro anhelo que estos murales inspiren a las personas que pasen por las calles y las instituciones que los albergan, especialmente a las niñas, con los valores y enseñanzas que cada una de estas mujeres transmiten, y que nos recuerden la importancia de la unión, la sororidad y la fuerza de tenernos las unas a las otras.